Cómo agradecimiento a nuestros alumnos, el pasado 20 de junio nos despedimos de la escuela con las siguientes palabras;
» Buenos días a todos y sobre todo gracias por estar aquí con nosotros celebrando el tan ansiado fin de curso (alguno pensará…sobre todo para los maestros). Pues es verdad que algo de ganas vamos teniendo…
Hoy no es un día cualquiera. Hoy es un día que queremos celebrar, agradecer y, sobre todo, reconocer el valor de vuestro esfuerzo, constancia y esperanza.
Esta fiesta de fin de curso, también nos sirve para demostrar que el aprendizaje no entiende de muros, que el conocimiento no entiende de rejas, y que el deseo de superación puede abrir puertas donde antes sólo había límites.
A cada uno de vosotros y vosotras daros las gracias.
Gracias por apostar por vosotros mismos.
Gracias por no rendiros cuando estudiar parecía más difícil que nunca.
Gracias por demostrar que siempre se puede empezar de nuevo, que siempre hay otra oportunidad y que cada clase a la que habéis venido, cada libro leído, cada examen completado… es un paso más hacia la libertad interior.
Este logro no solo es académico. Es humano. Es personal. Es colectivo. Porque vuestro esfuerzo también nos inspira a los maestros, recordándonos que educar es creer en las personas.
Aprovecho también para agradecer a mis compañeros de la escuela por las ganas y el empeño que ponen en su trabajo, y a todas las personas, tanto de dentro del centro como de fuera que nos han acompañado este curso con mucho corazón.
Hoy estamos celebrando el fin de curso, lo aprendido, pero también la esperanza. Porque el conocimiento, el saber nos transforma. Y vosotros y vosotras ya estáis cambiando vuestra historia.
¡Felicidades por este logro! ¡Y que esta sea solo una de muchas metas alcanzadas! «